Historia
Marsella es una ciudad de Francia con mucha historia y la más antigua, siendo en la actualidad la segunda ciudad con mayor población que recibe una gran afluencia de turistas, a quienes les atrae la animada vida cultural de la región, y su música que tiene un rol protagónico en la mayor parte de las fiestas populares.
La ciudad de Marsella tuvo sus orígenes aproximadamente en los años 600 a. C., habiendo sido fundada como una colonia focense, quienes, sin embargo, parece ser que pudieron ser precedidos por ligures, fenicios y, con más posibilidades, por dorios de Rodas. La doble datación de los textos clásicos para la fundación de Massalia (600 a. C. y 540 a. C.) hace suponer la verosimilitud de dos oleadas colonizadoras.
La colonia hubo de enfrentarse desde sus comienzos con rivalidades poderosas como la de los ligures, los cartagineses y los etruscos. Muestra de esta oposición fue la coalición púnico-etrusca que se enfrentó a los colonos de Marsella en el año 535 a. C. en Alalia.
La victoria griega sobre etruscos y cartagineses redundó en beneficio de Marsella., fortalecida igualmente por la alianza de los galo-celtas que, a comienzos del s. IV a. C., alcanzaban él SE de Galia, y dicho siglo fue el siglo de oro de Marsella., como centro comercial de una vasta red de colonias griegas en las costas mediterráneas occidentales. Dominada por una aristocracia mercantil casi puritana (según testimonio de Estrabón y alusiones de Aristóteles y Cicerón), que constituían un Senado de 600 miembros, el poder era detentado por una junta de 15 de ellos, con tres presidentes.
Cuando los romanos se expandieron por el Mediterráneo, Marsella comenzó a declinar su importancia, pues si al inicio las relaciones de alianza fueron muy estrechas, hasta el punto de iniciarse la segunda Guerra púnica para defenderla de la expansión cartaginesa en España, luego su actuación con respecto a los partidos en la guerra civil de Roma, apoyando a Pompeyo, determinó la durísima represión cesariana y, desde entonces, su decadencia a lo largo del Imperio.
Prehistoria y Antigüedad Clásica
Una serie de yacimientos y estudios arqueológicos de diversos asentamientos dan fe de la presencia humana en Marsella, de forma contínua desde la prehistoria, con sus pinturas rupestres paleolíticas existentes en la cueva submarina de Cosquer, cerca de la “calanque” de Morgiou, datadas entre el 27.000 y 19.000 a. C., desde hace más de 30.000 años. Así mismo en el sitio arqueológico de la colina de Saint-Charles, ya en el centro urbano, se han encontrado restos de viviendas y construcciones en ladrillo del neolítico, hacia el VI milenio a. C., periodo coincidente con el escenario de colonización por parte de pueblos navegantes-agricultores originarios del Mediterráneo oriental que introdujeron la agricultura, la ganadería, la alfarería y el trabajo del pulido de piedra desde entonces en el área de Marsella y del sur de Francia.
Edad Moderna: época en la cual con la anexión de Provenza a la corona francesa en 1481, Marsella quedó como una ciudad «real» con autonomía, cuya fidelidad a la corona en las guerras del s. XVI con España, le permitieron un breve resurgir en el reinado de Enrique IV. Las luchas civiles del s. XVII terminaron con la entrada de Luis XIV en este país y la desaparición de la autonomía, atenuada por la concesión, en 1669, por Colbert, de la categoría de puerto franco. Como toda Provenza, Marsella se lanzó ardientemente a la Revolución.
Edad Contemporánea: Este fervor se avino mal con el poder napoleónico dando origen al complot del general Guidal (1812).
Entrado el s. XIX, tres factores han sido responsables de la evolución marsellesa hacia la supremacía mediterránea:
La conquista de Argelia, que avivaba el interés francés por África;
El ferrocarril, que facilitaba las relaciones comerciales con el resto de Francia.
La apertura del canal de Suez, que convertía el Mediterráneo en la mayor ruta comercial del mundo (1869).
Marsella llegó a ser, con el surgimiento y auge de los campos petrolíferos del Oriente Medio, el más importante centro de refinería del petróleo mediterráneo. En la II Guerra mundial, los alemanes arrasaron la ciudad vieja que, junto a los fuertes del s. XVII que flanqueaban el puerto antiguo (el de S. Juan y S. Nicolás) y la basílica decimonónica de Notre Dame de la Garde, constituía la parte monumental y pintoresca de esta ciudad.
Actualmente, con la ampliación de su viejo puerto que comenzó en 1840 (Port-De-Bouc), Marsella no sólo es el primer centro marítimo francés, sino una potencia industrial de primera clase (moltura de granos, industria oleaginosa, industria química) y la segunda ciudad de Francia.
La población de Marsella es un verdadero crisol de diferentes culturas, y como un famoso dicho dice: que es la primera ciudad arabe del rally Paris-Dakar, porque dispone de una numerosa población de immigrantes norafricanos, y que también hay más gente de Comoros que en la mismas Comoras. Además la gente de Marsella tiene un variado origen, con muchos italianos, españoles que immigraron después de la Segunda Guerra Mundial.
A Massalia el desarrollo que tuvo después le ayudó a alcanzar un importante número de habitantes y la categoría de polis (ciudad estado), lo cual la convirtió en un puerto de referencia griego en Europa occidental, que fue aliado más adelante, de la República Romana en sus disputas con etruscos, celtas y Cartago. La colonia griega prosperó gracias a su posición como puente de comercio entre Roma y los pueblos del interior de Galia, facilitando el intercambio de bienes manufacturados, esclavos y, particularmente, de vino cuya elaboración y cultivo en Marsella se remonta al siglo IV a. C., como han puesto de manifiesto las excavaciones en la colina de Saint-Charles con el hallazgo de los sustratos de viticultura más antiguos descubiertos en Francia.
En el año 49 a. C., como consecuencia de su apoyo al partido de Pompeyo el Grande en su enfrentamiento con Julio César, Marsella fue anexionada a Roma por este último tras vencer y capturar a su flota, adoptando el nombre latino de Massilia. La administración romana respetó, en provecho del desarrollo de la ciudad, la fundación construida por los griegos, como atestiguan los yacimientos arqueológicos que muestran trabajos de ampliación, aportando también novedosas infraestructuras como el alcantarillado público, del que Massilia fue la primera villa en las Galias en ser equipada, siendo también patria del célebre marino Piteas, además, de haber estado gobernada por un consejo de 15 senadores elegidos entre los 600 del Senado, si bien, el control efectivo era ostentado por tres de ellos.
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