Clima
París cuenta con un clima de tipo continental con inviernos fríos y veranos calurosos, aunque nunca extremadamente, con lluvias irregulares y abundantes durante todo el año, aunque sorprende que el pico máximo de pluviosidad sea en agosto y el mes más seco corresponda a marzo.
Así mismo, el clima de París por encontrarse lejos de la costa, es oceánico semicontinental (también denominado «clima de transición»). Las precipitaciones son algo abundantes aunque no excesivas, con una media de aproximadamente 636 mm y están repartidas a lo largo de todo el año de forma regular sin tener un destacado mínimo pluviométrico (es decir, una estación seca). Las temperaturas son relativamente suaves todo el año. En verano se pueden superar los 30 °C ocasionalmente a lo largo de toda la estación, aunque rara vez se superan los 35 °C; las temperaturas máximas suelen rondar entre los 25 °C y 30 °C y son frecuentes las tormentas. La primavera y el otoño son suaves, con abundantes días de lluvia. El invierno no es muy riguroso, la temperatura media es de unos 5 °C, y se alternan días de lluvia y nieve (aunque es más frecuente que llueva a que caiga nieve).
La lluvia y el frío, compañeros de viaje
Con este tiempo, las mejores fechas para viajar a la capital francesa son entre abril y octubre, ya que las temperaturas mínimas en estos meses no bajan de 6 grados y las máximas de agosto ascienden a 25 grados, una temperatura que resulta agradable para visitar todas las excelencias de las que goza París.
El problema lo pone la lluvia, ya que amenaza con aparecer cualquier día y también en los meses de verano. Además, el tiempo es muy cambiante, y no es extraño que por la mañana luzca el sol cuando por ejemplo se visita Notre Dame, mientras que por la tarde hay que refugiarse de la lluvia cuando se intenta ascender a la Torre Eiffel.
En resumen la ciudad de Paris goza de inviernos templados (la temperatura en enero es de 2,8 ºC de promedio), veranos frescos (en julio el promedio es de 18,9 ºC) y precipitaciones bien distribuidas durante todo el año, lo que permite la instalación de cafés al aire libre, mercados abiertos y otros muchos lugares que conforman el escenario urbano, de los que se puede disfrutar en cualquier época del año.
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