Agricultura
Francia es la primera potencia agrícola de la Unión Europea, siendo también el segundo mayor exportador de todo el mundo de productos alimentarios, después de Estados Unidos, cuyo sector tiene un excedente del comercio exterior que ascendió a nueve mil millones de euros en el 2007.
Cerca de un millón de personas (6% de los activos) eran empleados para la agricultura en 2005 y para el 2008 los ingresos agrícolas netos eran de 23 millones de euros (2% del PIB), que incluían 7 millones de subvenciones. La parte de los agricultores en la población laboral francesa de la fuerza laboral está disminuyendo, pero la agricultura sigue siendo uno de los sectores más dinámicos, la cual se ha modernizado mucho desde hace tres decenios, cuando han sucedido espectaculares aumentos en la productividad gracias a rendimientos muy fuertes.
El norte de Francia se caracteriza por tener grandes granjas, en donde sus principales cultivos son cerealeas como el trigo, el maíz y el azúcar, así también gracias a los territorios de ultramar, el vino, productos lácteos, frutas como la producción de importantes cantidades de manzana para mesa y para sidra, así también peras, ciruelas, melocotones (duraznos), albaricoques (chabacanos), hortalizas, animales y productos cárnicos, los cuales se encuentran sobre todo en la región occidental, son exportados y generan excedentes. La producción de ternera está localizada principalmente en la zona central.
Como se puede ver, Francia es un gran productor agrícola y actualmente amplía su silvicultura e industrias de piscifactoría. La puesta en práctica de la Política agrícola común de la Unión Europea y el Acuerdo General sobre tarifas y comercio, GATT han causado reformas del sector agrícola de la economía.
Francia tiene una de las mayores ganaderías de la Unión Europea: la cual incluye más de 20 millones de cabezas de ganados, 16 millones de cerdos y 9 millones de ovejas, 1,2 millones de caprino y 350.625 de caballar, así como 275 millones de aves de corral.. Produce casi una cuarta parte de la carne consumida en Europa. En 2007, Francia producía 60 millones de toneladas de cereales, de los cuales alrededor de la mitad está representada por el trigo, así como la cebada y el maíz, que son utilizados para el consumo de alimentos del ganado, produciendo alrededor de 6 millones de toneladas de carne y 20 millones de toneladas de frutas y hortalizas.
Un fuerte sector industrial de los alimentos (sector secundario), se encuentra apoyado por la agricultura, sector que es importante en la economía francesa, ya que representa un volumen de negocios de 140 mil millones de euros, incluyendo 25 mil millones para las exportaciones. Con casi 400 000 empleados, la agroindustria es el tercer mayor empleador de la industria francesa. La industria alimentaria también es un mercado muy abierto para la exportación, que genera un superávit comercial importante; Francia cuenta con una valiosa producción agrícola de vides, con cuyas uvas se elaboran unos excelentes vinos, lo cual la hace uno de los productores mundiales de vino, habiendo llegado la producción en 1995 a 55.580.000 hectolitros, haciendo que las ventas de dichos vinos llegen por delante de los productos más exportados, seguido de productos lácteos y del sector de los cereales.
A pesar de las ayudas del Gobierno, se prevé que dentro de 30 años prácticamente no quedarán agricultores en el país galo
Francia ha sido siempre un país con una agricultura muy rica, lo que ha permitido al país galo beneficiarse de un balance positivo de exportaciones e importaciones a lo largo de la historia. Pero desde hace dos años, la situación de la agricultura ha empeorado y en 2008, la renta por finca había bajado un 20% respecto a la renta del 2007.
Esa caída es la consecuencia del aumento de los precios de los abonos (superior al 38%) y de los carburantes (más del 20%), mientras que los precios pagados a los agricultores no han subido, ni tienen previsto subir durante los próximos años. Por eso, nadie debe extrañarse al conocer que si en 1989 había 391.200 fincas en todo el país, en 2008 esa cifra había disminuido a 326.000, un 3,6% menos de fincas cada año desde 2005.
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